En Avisos de Propiedades te contamos como está la situación de los créditos hipotecarios en América Latina y lo cada vez más complicado que es acceder a una vivienda propia.
La economía de los países de América Latina se ha visto seriamente afectada por las crisis e inflaciones a nivel mundial de los últimos años, esto ha provocado que para las más de 600 millones de personas que viven en esta área, sea cada vez más difícil adquirir una vivienda propia.
Se trata de un problema complejo pues intervienen muchos factores y distintos en cada país, pero de forma general tenemos por un lado el crecimiento exponencial de la población, la tendencia a concentrarse en núcleos urbanos, lo que a su vez provoca una escasez de oferta de viviendas y a lo que se le suma el incremento de las tasas de interés y el endurecimiento de las condiciones crediticias en los créditos hipotecarios.
Todas estas situaciones se han combinado, provocando que el precio de una vivienda se incremente de forma considerable en ciertas ciudades, a diferencia de la media en el resto del país, normalmente se trata de ciudades principales, con un alto nivel turístico, donde la inversión extranjera se ha centrado en los alquileres turísticos o donde el espacio para la construcción ha comenzado a escasear.
Si necesitas aprender más sobre créditos hipotecarios, en nuestro blog tenemos una entrada que explica en detalle ¿Qué es un crédito hipotecario? y en qué consiste.
Dentro de las ciudades más caras de latinoamérica encontramos; Punta del Este en Uruguay, Solidaridad y Playa del Carmen en México, Gran Santiago en Chile y São Paulo en Brasil, esto de acuerdo a un informe elaborado por Mercado Libre.
Dentro del listado resulta curioso encontrar a seis ciudades chilenas más; Viña del Mar, Iquique, Calama, Antofagasta, Puerto Montt, y Concepción, pues esto demuestra que a pesar de que se mejoraron las tasas de interés en el país, convirtiéndolo en el segundo país de América con las mejores condiciones crediticias después de Canadá, se trata de un problema con distintas aristas, ya que al no contar con la oferta suficiente para cubrir la demanda que surgió de esta mejora, los precios igualmente incrementaron.
En el caso de Argentina, se ha observado un estancamiento en los precios, una situación que a primera vista podría parecer un aliciente para motivar a la compra de viviendas, sin embargo si analizamos un poco más a profundidad nos daremos cuenta de que esta situación ha sido provocada por el hecho de que los argentinos no dejaron de comprar casas al no contar con los medios económicos necesarios.
Mientras tanto en México los créditos Infonavit, uno de los tipos de crédito más empleados por los mexicanos y que se otorgan a los trabajadores que están afiliados a la seguridad pública del país, ha realizado algunos cambios para adaptarse a las necesidades de las personas. Dentro de los cambios más importantes encontramos la posibilidad de que dos personas puedan juntar sus créditos para tener acceso a una mejor vivienda, el solicitar el préstamos para la compra de un terreno o para la construcción de una vivienda y el poder cambiar las condiciones para aquellas personas que solicitaron su crédito antes de 2017, pues hasta ese entonces los créditos se otorgaban en base al salario mínimo del país, por lo que cada año sufrían un cambio en proporción al aumento del mismo, actualmente los créditos se calculan con base en la moneda oficial el peso mexicano, esto permite a las personas mantener fijo el monto de su pago mensual a lo largo de todo el crédito. Sin embargo al mismo tiempo el país se enfrenta a la inflación y un incremento en las tasas de interés lo que puede provocar la desaceleración de las solicitudes de nuevos préstamos.
Como podemos observar la solución de este problema requiere del trabajo conjunto de distintos actores; por parte de la población es necesario que aprendan a manejar mejor sus finanzas y créditos, las instituciones bancarias necesitan ofrecer mejores condiciones de crédito, los gobiernos generar incentivos para la compra de viviendas e incluso las empresas constructoras de viviendas deben poner de su parte y dejar atrás la tendencia que han adoptado en los últimos años, la cual consiste en sacrificar el tamaño de las viviendas y calidad de sus materiales con la intención de abaratar costos.
